De pequeño
Desde pequeño no me gustaba estudiar nada. Yo solo quería jugar y divertirme sin complicaciones. Quería ser niño y hacer lo que hacen los niños, jugar.
Así es que eso me pasó factura. No me quedó otra que empezar a trabajar al cumplir los 16 años. A partir de esa edad seguí una vida rutinaria de trabajo y de ocio como cualquier adolescente, además de seguir a “pie juntillas” las normas establecidas socialmente. Era sin saberlo un “borreguito” más sin cuestionarme nada. Hasta que llegue a la edad de 26 años y empezar a hacerme preguntas que nunca antes me había hecho: ¿Qué sentido tiene mi vida?, ¿Qué hago aquí?,¿Hacia dónde voy?, y la más profunda de todas, ¿QUIEN SOY?