Ellis parte de que el estado emocional lo causa nuestra interpretación de los acontecimientos y no los acontecimientos en sí mismos. Por lo tanto, si somos capaces de modificar nuestras creencias y pensamientos irracionales, seremos capaces de crear un estado emocional menos doloroso y más racional.
En concreto Albert Ellis, trabaja con 11 creencias irracionales que son las siguientes:
- Necesito ser amado y aprobado por las personas importantes.
- Debo de alcanzar el éxito y no cometer errores.
- Las personas que no se comportan de forma correcta deben ser culpadas y castigadas.
- Las cosas deben ser como yo creo que deben ser. Si no es así, es una catástrofe.
- La infelicidad humana la causa lo externo. Yo no lo controlo, así que no puedo gestionar penas y preocupaciones.
- Debo preocuparme y controlar todo lo peligroso o amenazante alrededor.
- Puedo ser más feliz evitando, que afrontando las dificultades y las responsabilidades de la vida.
- Necesitamos confiar y depender de alguien más fuerte que nosotros.
- Mi pasado es la causa de que hoy esté como estoy; continúa ejerciendo influencia en mis sentimientos y mis comportamientos actuales.
- Debo preocuparme por los demás cuando tienen problemas y debo estar triste cuando ellos están tristes.
- Cada problema debe tener una solución ideal, siendo una catástrofe no alcanzarla.
Todas esas creenciasnos sumergen en la tiranía de los “tengo que…” y los “debería…”, que denotan que hacemos cosas por obligación y sin querer hacerlas, lo que nos produce emociones negativas.
¿Cómo funciona la bioneuroemoción?
La bioneuroemoción utiliza tres técnicas para encontrar la información aprendida y si es posible, cambiarla, es decir, se busca información en tres archivos cerebrales:
–La edad cronológica. Se analizan los conflictos de una persona a lo largo de su vida, hasta encontrar la situación desencadenante.
–El proyecto/sentido. Se trata del periodo que abarca la vida de una persona desde los nueves meses antes de la concepción hasta los tres años. En ese periodo de tiempo se analizan los conflictos vividos por los padres.
-El árbol genealógico. Se estudian las fechas de nacimiento, fallecimiento, enfermedades, profesiones de nuestros familiares, para buscar semejanzas y comprender de dónde y de quién viene la situación desencadenante.
“Quien no conoce su historia, está condenado a repetirla”
-Napoleón Bonaparte-
Una vez utilizadas las técnicas anteriormente mencionadas, saldrá a la luz la conexión entre la emoción que sentimos y la dolencia que tenemos.
Al descubrir la conexión emoción-dolencia pasaremos a un estado de cuarentena en el que nuestra mente luchará para no desaprender y nosotros reflexionaremos para desaprender. Una vez desaprendida la creencia y la emoción que produce, nuestra enfermedad ya no tiene una causa y lo habitual es que desaparezca.
¿Cómo llegamos a nuestro inconsciente?
Para llegar a la emoción que nos produce una dolencia, es necesario escavar en nuestra mente haciéndonos una serie de preguntas:
- ¿Dónde?, ¿Cómo?, ¿Quién?, ¿Cuándo? Con estas preguntas establecemos el momento en el que se crea la emoción que nos está afectando.
- ¿Qué te dices internamente en ese momento?
- ¿Qué sientes al pensar eso?
- ¿Qué emoción experimentas?
- ¿En qué parte de tu cuerpo la experimentas?
- ¿Qué es lo que no has dicho en esa situación?
Con todas esas preguntas, averiguaremos el nexo entre emoción y dolencia y de esa forma podremos desaprender y sanar nuestro cuerpo.
¿En qué consiste desaprender?
Desaprender es olvidar lo que se aprendió. Es necesario vaciar nuestra mente de las cosas que hemos aprendido para poder dejar entrar nuevas cosas y aprender.
Desaprender es eliminar los nexos entre algunas de nuestras emociones y nuestra enfermedad, que nos están perjudicando físicamente y bloquean nuestra curación.
“Las creencias tienen el poder de crear y de destruir. Los seres humanos tenemos una impotente habilidad para tomar cualquier experiencia de nuestras vidas y crear un significado que nos incapacita o que puede salvar literalmente nuestras vidas”.
-Tony Robbins-