Todos en pequeña o gran medida sufrimos ciertas pérdidas en nuestra vida, ya sea una relación de pareja, una propiedad, un trabajo, la salud y vitalidad, amistades y por supuesto el fallecimiento de un ser querido. Además cada día y a cada momento existen cambios los cuales no somos conscientes de ellos, como pueden ser nuestras apetencias por ciertas cosas, gustos o hobbies e incluso nuestras prioridades y valores van desapareciendo, cambiando y “muriendo” en el transcurso de nuestra vida.
1º etapa: La negación, esta es la primera etapa del duelo y es la tiene que ver con negar la realidad de unos hechos que son irrefutables, pero es a la vez la etapa de la supervivencia al querer protegernos de nuestro propio dolor emocional de lo sucedido.
2º etapa: La ira o enfado, esta etapa tiene que ver con la actitud de querer rebelarse ante la vida o naturaleza de unos hechos y es en gran medida la que cuestiona nuestra propia percepción de lo que creíamos iba a ser nuestra vida o futuro y no es.
3ª etapa: la tristeza, esta etapa es en la que se va asimilando y entendiendo que aquello que anteriormente tenias o considerabas te pertenecía ya no forma parte de tu vida. Es la etapa de la asimilación o rendición entendiendo que hay que dejar ir y soltar interiormente lo que ya no está. La tristeza no es nada más que la emoción que confirma una pérdida, pero que es de suma importancia para hacer un duelo saludable.
4ª etapa: la aceptación es la cumbre del duelo, en la que se han ido entendiendo, comprendiendo y asimilando todas las etapas anteriores. Aceptar es integrar todas las partes y amar sin reservas lo que ocurrió por muy duro que fuese sin hacer sentir a nadie culpable sobre aquello que sucedió.
Si deseas concertar una cita debes de tener en cuenta lo siguiente, pincha y lee AQUI