Todo aquello que anhelamos y deseamos o rechazamos y juzgamos de la gente, no es nada más que lo que todavía seguimos anhelando y deseando o rechazando y juzgando en relación a ciertos aspectos de nuestros progenitores, ya sean aspectos personales, conductuales o físicos.
Por lo tanto, cada persona, amig@, vecin@, pareja, ex pareja, compañer@ sólo hará que manifestar nuestra percepción pasada no resuelta en relación a nuestros padres, de ahí que aparezca cierta dualidad. Amo a papá por esto y rechazo a mamá por lo otro y viceversa, entonces amo a los demás bajo esa percepción de rechazo y atracción que todavía sigue en la conciencia aún siendo adultos.
Entonces mi percepción para amar y aceptar a las personas, los pueblos, los países, las naciones, sus culturas, sus tradiciones, sus religiones, sus conductas e incluso sus físicos está sesgada por esa experiencia en el pasado y vivida como una verdad absoluta en el presente. Así vivimos, creyendo que la percepción de mi realidad/verdad es amenazada por la percepción/verdad de otros ya que se opone a la mía.
El posicionamiento ante cualquier punto de vista es oposición ante otro punto de vista y cuándo hay oposición no hay integración, si no sufrimiento, ya que se niegan los puntos de vista de otros para que realcen los míos y eso es conflicto. Por lo tanto donde hay oposición y conflicto no puede haber paz, Integración y amor.
wordpress theme by initheme.com