Aquellas personas y situaciones que hay y que aparecen en nuestras vidas, exigiendo, pidiendo y demandando, no hacen más que darle forma a nuestra creencia inconsciente de “NO SOY SUFICIENTE” para ellos. Si nos sentimos culpables por no ser suficientes para los demás ya le estamos dando credibilidad ha dicho pensamiento y nos sentiremos obligados a proporcionar lo que nos demandan y a esforzarnos para cumplir sus peticiones para así contrarrestar nuestra creencia de insuficiencia.
Aquellos que exigen, piden y demandan y que llevan por bandera la obligación de que se les dé, viven con la creencia en la escasez, por qué creen necesitar aquello que los demás tienen y consideran que se les tiene que dar por decreto propio.
Por lo tanto, aquellos que consideran que no son satisfechas sus demandas por nosotros, nos convertimos para ellos en testigos de su insuficiencia, dándole forma a su propia creencia en la escasez y haciéndonos cómplices de su insuficiencia. Al no recibir de nosotros lo que demandan tienen creada su cuartada que previamente ya existía en ellos y que esta manifiesta “yo no soy suficiente para ser feliz y tú me tienes que proporcionar aquello que te pido para poder serlo, ya que yo no tengo y tú sí”, delegándonos su responsabilidad en nosotros.
Si no les proporcionamos lo que nos piden y no nos hacemos cargo de sus demandas, automáticamente nos convierten en el chivo expiatorio para así purificarse de su insuficiencia de lo que supuestamente hemos profanado en ellos, su felicidad. De ese modo delegarán su propia responsabilidad proyectando su propia culpabilidad en los demás, por supuesto para no auto indagar en su interior, ya que si lo hiciesen encontrarían lo que rechazan de sí mismos, su propia insuficiencia para ser felices por sí mismos.
Existe una misma creencia de insuficiencia, aunque se manifiesta de dos formas diferentes. Una es proyectada, la otra es introyectada.
Empecemos con la proyectada. La proyectada manifiesta diciendo, “LOS DEMÁS NO SON SUFICIENTES PARA MI, DEBEN ESFORZARSE”. Esta creencia hace referencia a que dependo del otro, que necesito al otro para ser suficiente, pleno y feliz. A través de esta creencia quiero liberarme de mi insuficiencia a través del otro. Esta creencia habla de mi incapacidad (carencia) de ser feliz por mi mismo ya que proyecto que son los demás que deben de auto abastecerme interior y exteriormente, delegando mi propia responsabilidad en los demás
La creencia introyectada manifiesta diciendo “NO SOY SUFICIENTE PARA LOS DEMÁS, DEBO ESFORZARME”. Esta creencia hace referencia a depender para con los demás, son los demás que me necesitan. A través de esta creencia quiero liberar a otros de su insuficiencia, es el otro que me necesita para ser suficiente, pleno y feliz. Esta creencia habla de mi excesiva capacidad (arrogancia) por pensar que yo soy más suficiente para conseguir la felicidad de los demás, que ellos mismos por sí mismos.
Ambas son manifestaciones de la misma creencia y en ambas está encubierto el sentimiento de insuficiencia, una creencia es proyectada en los demás, son los demás que tienen que ser suficientes para mí. La otra es introyectada, yo tengo que ser suficiente para los demás. En ambas eres dependiente, la primera crees que el otro es el dueño de tu felicidad, él tiene lo que creo me falta a mí, la segunda creencia es que crees que tú eres el dueño de la felicidad del otro, al creerte su dueño lo incapacitas, crees tener lo que al otro le falta.
Vuelvo a decir, ambas creencias siguen siendo manifestaciones de dependencia. En la primera te crees el esclavo del otro, en la segunda te crees ser el dueño del otro. De la creencia proyectada es más fácil salir porque puedes ver al otro, ves que el otro no te da, te hace sentir miserable, incapaz, es el hacedor de tu sufrimiento y dolor, alimenta tu identidad de víctima y aparentemente eres el que sale perjudicado. La segunda creencia es más peligrosa que la primera porque es más difícil verse a sí mismo. En la primera ves y escuchas tus propias cadenas y como están unidas al otro, sientes el yugo entre tú y el otro.
La segunda creencia es más difícil de zafarse de ella, esta mucho mas oculta, aunque sigue siendo dependencia, ya que te crees tener la llave de las cadenas que someten y liberan al otro, te crees tener la solución de cómo aliviar su sufrimiento y dolor, la arrogancia es mucho más sutil. El que proyecta su felicidad en ti, querrá que le liberes de su insuficiencia, de su dolor, pero siempre y cuando sin liberarlo de sus propias cadenas, está tan acostumbrado a sus cadenas, a la dependencia de ti que le aterra su propia libertad, ya que sus cadenas le dan identidad. El que cree tener la llave de la felicidad del otro, es igual de dependiente que aquel que aparentemente es el dependiente, su dependencia se esconde en creerse ser el responsable y guardián de la felicidad y bienestar de los demás, esa misma exaltación de importancia que tiene de sí mismo hacia el otro, es su dependencia hacia él, ya que se cree sumamente suficiente, cree que la felicidad del otro depende de él.
En una relación de ese tipo hay dependencia por ambas partes, ambos refuerzan sus propias creencias en el otro, aunque parezcan diferentes, son las dos caras de la misma moneda, una dice “no eres suficiente para mí”, el otro dice “debo de ser suficiente para ti”, están unidos por los extremos, les une su misma insuficiencia, uno exige que se le dé, el otro se exige dar para el otro, en ambos hay exigencia, una exigencia es proyectada, la otra exigencia es introyectada. Ambos juegan a la misma dependencia, uno obliga al otro, el otro se obliga a sí mismo.
Ambos son la manifestación para el otro de su propia creencia de insuficiencia. Uno dice, yo no tengo, por lo tanto tú me tienes que abastecer, el otro dice, tú no tienes, por lo tanto yo te tengo que abastecer. En los dos hay exigencia, una es proyectada, la otra introyectada, en ambos esta el sentimiento de insuficiencia y miedo a la soledad, uno dice ¿quién sería yo sin mi proveedor?, el otro dice, ¿Quién sería yo sin mi demandante?, ambos están diciendo ¿Quién sería yo sin el otro?. En ambos casos hay miedo a la independencia, a ser suficiente sin demandar y sin abastecer, sin el otro.
Detrás de toda insuficiencia se esconde una identidad inconsciente que quiere sobrevivir a costa de otros y esa identidad es intrínseca a ambas creencias, aunque aparentemente son extremos están unidas por la culpabilidad inconsciente, porque uno cree no ser feliz por lo que no le dan y el otro cree no poder ser feliz al no poder proveerle lo que le demandan, ambos son dependientes.
A continuación os muestro como funcionan ambas creencias y sus propios comportamientos en la sombra, además de poder tomar conciencia de como salir tanto de la proyección e introyección.
Creencia de insuficiencia proyectada. La estrategia inconsciente del que proyecta insuficiencia en otros, es enfadarse con ellos y presionarlos haciéndoles sentir culpables cuando estos no cumplen con sus supuestas necesidades, esa es su maniobra. Aunque sabe que quedará atrapado en la espera de que le suministren y abastezcan su petición, sabe también en lo más profundo de él, que eso puede que ocurra o puede que no, ya que es el otro el que tiene lo que a él le falta, y sabe que el otro se puede alejar de su vida sin poder retenerlo a su lado. Entonces, se sentirá culpable consigo mismo cuando no lo consiga ya que depositó la responsabilidad de su felicidad en el exterior, en el otro.
Como salir de la proyección. Cuando me enfado con los demás porque han sido insuficientes conmigo, sin darme cuenta le estoy enviando a mi inconsciente el mismo mensaje de insuficiencia que proyecto en el exterior. Esto viene determinado por que creo que haciéndoles sentir culpables yo quedaré exento de mi propia culpabilidad e implícitamente sin saberlo esa misma culpabilidad quedará reforzada en mí por la proyección, que se traduce en, soy insuficiente por no ser feliz por mí mismo. Por lo tanto, si no quiero verme sometido a los enfados de otros y a sus demandas cuando me proyecten su culpabilidad, debo de eliminar la proyección de insuficiencia en los demás, que finalmente esto se traduce a, los demás no son los responsables de mi felicidad.
Creencia de insuficiencia introyectada. El comportamiento inconsciente del que se introyecta insuficiencia para con los demás, sabe que cuando los demás se enfaden se sentirá culpable al no satisfacer sus demandas y se estará diciendo a si mismo que no ha sido suficiente para ellos. Por lo tanto, la culpabilidad es la cara oculta de la insuficiencia y viceversa. Por ende, como no querrá sentirse culpable, se verá en la obligación de esforzarse lo suficiente como para satisfacer las peticiones de otros.
Como salir de la introyección. Cuando alguien se enfada conmigo y me siento culpable, ese sentirse culpable es lo que internamente está indicando que todavía sigue vigente la creencia de no ser suficiente para el otro, si no hago consciente que esa culpabilidad es la indicación interna diciéndome que todavía permanece la creencia en mí de “no estoy siendo suficiente con lo que me piden”, me veré obligado a cumplir con las demandas del otro en contra de mi voluntad, obviamente para no sentirme culpable.
Preguntas frecuentes.
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