Reflexión publicada en facebook el 17-04-2016. El cuerpo espiritual sé da cuando los tres cuerpos, el mental, el emocional y el físico están alineados. Ahí es cuando aparece la esencia del Ser. Queremos ser espirituales cuando todavía no somos capaces de vivir en coherencia con lo que pensamos, sentimos y hacemos. Queremos desde el deseo (lo mental) alcanzar la idea de espiritualidad. Sin darnos cuenta construimos un personaje de “espiritualidad“ que reacciona a la primera de cambio cuando se siente ofendido por un agravio o su vida se viene abajo cuando una situación le desconcierta… ¿Es eso vivir cómo viviría un Buda? ¿Un Buda cuando a conectado con su esencia tiene la “necesidad“ de seguir meditando?
Comentario de usuaria de facebook: Muy bueno Manuel, pero me ha surgido una pregunta: una vez has llegado “a ti mismo”, no hay vuelta atrás? En mi experiencia de vida, después de dos años de formación emocional, me di cuenta de que estaba mucho más en paz conmigo misma, que no me machacaba tanto, pero luego he vuelto a “romper” esa paz. Me explico? No digo que yo haya llegado a “mí misma”, pero sí he sentido la paz del no machaque. Me he dado cuenta del proceso que estoy viviendo. En mi caso he vuelto a quebrantar esa paz. En lo que cuentas en tu exposición, concretamente en ese proceso que cuentas no hay opción de “perder” temporalmente esa “iluminación”?
Mi respuesta a la usuaria de facebook: Buenas, porsupuesto que en esa “iluminación” uno pierde la paz, a mi me pasa constantemente, pierdo la paz, aun así, me doy cuenta de que la pierdo, ¿quien es ese que se da cuenta en ti? Lo importante no es la paz sino quien se da cuenta de que pierdes la paz, ese es el “si mismo”, la consciencia que observa y no se identifica o apega a nada. La paz se desvanece como un objeto en este mundo de formas, lo que para mi verdaderamente importa es ¿quien o que observa la paz o la ausencia de la misma?. En ese proceso de observar uno no se identifica con la paz, sino que uno observa el ir y venir de la paz. Y ahí puedes encontrar la paz. Cuando “perdemos” la paz hemos elegido otra cosa en su lugar, hemos perdido la paz desde la creencia que esa “cosa” (persona, estado interno,lugar u objeto) me ofrecerá lo que ahora me falta, que es esa paz. Cuando deshacemos la proyección, idea, creencia de que algo externo me ofrecerá la paz, es en ese momento que aparece la paz. Es una paradoja,”no buscas la paz y esta aparece”. Te machacas en la identificación de exigir que no tenia que haber perdido la paz. Es un tema de plasticidad para adaptarse a lo que ocurre tanto dentro como fuera de un@ ¿se entiende?…
Comentario de usuaria de facebook: Wow, cuánta paz he sentido leyéndote! Miles de gracias, Manuel!!!!!!!!!! He sentido una gran felicidad!!!!!!. Y te he entendido perfectamente.
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