La mente solo entiende lo que está en nuestra concepción de nuestro mundo interno, por lo tanto vemos en el exterior nuestras propias proyecciones de cómo nos gustarían que fueran las relaciones o situaciones.
En el momento en que el exterior no nos devuelve lo que queríamos o deseábamos, nos desilusionados, aunque realmente lo que está ocurriendo es que estamos contemplando la realidad de un hecho que no se corresponde a nuestra expectativa, y nos frustramos por ello.
A esto lo llamamos desilusión, decepción, desengaño, fiasco, chasco, etc.
Entonces, automáticamente hacemos un desplazamiento de la responsabilidad de nuestras proyecciones y expectativas, e anteriormente hay una sensación (emoción) Interna que dice y casi de forma inmediata, el error está ahí afuera, lo de afuera no se ajusta a mi percepción de lo debe ser (el) mi mundo y nos desilusionados, cuando realmente estamos percibiendo la situación como realmente es.
¿Cuántas veces hemos vivido esa sensación de desilusión por haber visto la verdad de un hecho y se derrumba ante nuestros ojos nuestras propias expectativas de lo que creíamos?
Cuando descubrimos un truco de magia, no nos desilusionamos, sólo hemos conocido la verdad que se escondía detrás de la ilusión óptica.
¿Cuántos trucos mágicos mentales nos hemos contado en relación a cómo deben ser ciertas situaciones y relaciones, que cuando finalmente descubrimos la verdad nos des-ilusionamos por haber visto finalmente la verdad?
Por lo tanto. (Lo contrario de la ilusión no es la desilusión, es la verdad. UCDM)
El resumen sería el siguiente: sacamos nuestras ilusiones y expectativas de la chistera del ego, las proyectamos al exterior, nos falla el truco de magia y culpamos al mundo por ello, queriendo hacer pagar a los demás por nuestra mala praxis.
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