Cuándo se siente una des-ilusión aparece ante nosotros lo real, aquello que a través del velo de la ilusión no se veia, por que lo que se veía era la ilusión, por lo tanto sólo era una construcción mental proyectada. De igual modo cuando se siente decepción es sólo un des-engaño, el propio engaño basado en lo que creía que iba a ser y no es.
Después viene una cierta nostalgia y tristeza y no por que no se cumplió nuestra ilusión, si no por las desaparición de esta, entonces lo que queda es la realidad de lo que es. Por lo tanto, la ilusión o expectativa fueron aniquiladas por la realidad, entonces se piensa o se creé que la realidad es la causa de mi nostalgia y tristeza y pretendemos cambiar la realidad para proteger y salvaguardar nuestras ilusiones y expectativas.
Así construimos nuestro sufrimiento, pretendiendo negar la realidad suplantandola con ilusiones y expectativas.
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