El ego va en busca de “relaciones especiales“ para que le den significado, siendo esa la causa de las dependencias emocionales y apegos, el ego dice “quiero ser especial a la mirada de otros“. Si reconocemos nuestra propia valía, entonces dejaríamos de ser dependientes del otro ya que se deja de buscar algo en el exterior (persona, cosa o situación) con lo que me pueda completar. Si se toma conciencia de que eso es un error y reconozco en mí, mi propia valía y veo al otro como a mi igual y su propia valía, el apego y la dependencia emocional junto con el sufrimiento empieza a desaparecer, siendo el comienzo de la paz en las relaciones personales. Una vez reconocida mi valía y la de los demás ¿Qué sentido tendría entonces querer desear que otros sean diferentes de eso que ya he reconocido en ellos para que me completen? Y ¿Qué sentido tendría querer ser algo diferente para los demás de lo que ya soy y desear completarlos?
No podemos cosificar las relaciones personales para llenar vacíos faltos de confianza, autoestima y seguridad, ya que eso sería responsabilizar a otros de nuestra falta de valía hacia nosotros mismos. El amor empieza por reconocer en primera instancia nuestra valía y desde ahí relacionarnos respetando y reconocido eso mismo en los demás.
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