Estas y muchas otras frases son afirmaciones lapidarias que conllevan miedo. Miedo a sufrir, miedo a perder nuestras ideas y creencias o miedo a morir físicamente, además indican que en algún aspecto determinado de nuestra vida estoy “incompleto”.
Pretendemos buscar, aspirar, sustentar y conseguir vivir apegados a determinados pensamientos o formas físicas, deseamos encontrar algún objeto que creemos nos aportará algo y que consideramos nos falta, sin darnos cuenta que lo que verdaderamente deseamos es aquello que nos ofrecen ciertas formas. Si se afirma y se cree que sin tal cosa, persona, lugar, situación, acontecimiento no puedo vivir, se está diciendo que no puedo vivir sin lo que me ofrece tal cosa, situación, persona, relación o lugar.
Si nos hacemos las preguntas adecuadas obtendremos información detallada de lo que deseamos.
O por lo contrario podemos hacer las preguntas en negativo.
“Nada externo a mí puede ofrecerme nada” (frase extraída del libro “Un Curso De Milagros”) es una afirmación tajante y rotundamente devastadora, aunque en último término es cierta. Si hacemos un retroceso en el tiempo y pensamos cuando éramos pequeños que tal amuleto o muñeca nos ofrecía seguridad, confianza y bien estar y lo vemos en perspectiva en la edad adulta, pensaremos que era una chorrada, que simplemente era un niño o niña el cual “necesitaba” su amuleto o muñeca para sentirse seguro, confiado y con bienestar.
Ahora en la edad adulta ya no “necesitamos” ese amuleto o muñeca porque en algún momento de nuestra vida entendimos que “aquello” solo era la combinación de trozos de metal, plástico, botones, espuma y cuerda combinadas entre sí, dándole forma de amuleto y muñeca que para la época en nuestra niñez tenía un cierto significado.
Sin embargo, ahora que somos adultos nuestros amuletos y muñecas han sido sustituidos por relaciones de pareja, dinero, trabajo, fama, vestir de cierto modo y complementos, un vehiculo, valoración, familia, amistades, posición social y un largo etcétera. ¿A cambiado algo entonces? si, claro que ha cambiado, han cambiado los amuletos y muñecas en su forma. Si miramos en profundidad descubriremos que no es la forma lo que andamos buscando, si no lo que nos ofrece dichas formas.
Si vemos a un niño de dos años con su muñeca o amuleto, podremos observar que lo que el niño busca o quiere es lo que supuestamente para él le ofrece ese objeto, pudiendo ser, seguridad, confianza, amor y bienestar. Imaginemos un escenario en que un niño se siente vulnerable y temeroso ante ciertas circunstancias o situaciones en una ambiente hostil o que él interpreta como hostil. En ese ambiente ve “posibles amenazas” reales o ficticias y siente que algo del exterior le puede dañar. Entonces, empieza a sentir que no tiene a su alcance su amuleto o muñeca, el cual él siente le puede proporcionar seguridad, confianza y bienestar, y es cuando empieza a sentir miedo.
¿Hay alguna diferencia entre el amuleto o muñeca del niño con los llamados “amuletos y muñecas” de los adultos? por supuesto que no.
Os hago una paralelismo, si buscamos similitudes entre una muñeca, amuleto y un billete de 500 €, aparentemente como adultos no encontraremos ninguna, ya que el valor que le damos al billete de 500€ será mucho mayor que el de una muñeca o amuleto.
Aun así, si le preguntamos a un niño de dos años ¿qué prefieres la muñeca, el amuleto o el billete de 500€? tal vez el niño, si tuviera la capacidad de poder explicarse nos diría que siente seguridad, confianza y bienestar con su muñeca o amuleto y no le haría ni caso al billete de 500€. Si esta misma pregunta se la hacemos a un adulto en relación a un billete de 500€, una muñeca o amuleto, obviamente sería totalmente diferente a la del niño, elegirá el billete de 500€.
¿Qué ha cambiado entonces? lo único que ha cambiado a sido su forma, su contenido sigue siendo el mismo, tanto la muñeca, amuleto y el billete de 500€ aparentemente “ofrecen seguridad, confianza y bienestar”.
Estas formas de pensamientos generan dependencias relacionales y convierten a cualquier cosa, evento, situación, lugar, persona o relación en un objeto para colmar nuestras carencias afectivas de inseguridad, falta de amor y desconfianza. Todas ellas tienen un denominador común, el miedo. Por lo tanto, no estamos amando, sino más bien utilizando las cosas y relaciones para ocultar o rechazar nuestros miedos, además de querer llenar un vacío “existencial”.
Cuando decimos que amamos a alguien y esa persona decide no seguir con la relación a nuestro lado, sufrimos.
Estas son cuestiones a tener en cuenta en nuestra existencia, ya que marcarán la forma en cómo nos relacionamos con los demás, vivimos e interactuamos con el mundo.
¿Cómo puedo cambiar los pensamientos que me hacen ser dependiente o tener miedo a perder aquello que ahora tengo o a no conseguir lo que busco? escudriñar nuestros pensamientos y su estructura hará que podamos cuestionar como creamos ciertos patrones de pensamientos y sus asociaciones.
Los pensamientos están diseñados por imágenes, las imágenes son proyecciones mentales construidas por creencias elaboradas de nuestro pasado. Otras creencias son diseñadas por asociaciones, todas ellas determinan nuestro marco de sistema de pensamiento, el cual le otorga al mundo exterior la experiencia de nuestra propia “realidad” interior. Según como pensamos y sentimos, proyectamos, y de ese modo nos relacionamos con el mundo.
Por ejemplo:
Otras preguntas para poder descubrir las carencias afectivas y miedos inconscientes pueden llegar a ser:
Detrás de cada una de estas preguntas encontrarás tus respuestas y los miedos inconscientes los cuales te hace ser dependiente de algo de tu mundo exterior.
Estamos proyectando inconscientemente nuestros miedos interiores y estos se materializan en el mundo exterior como amenaza. Lo semejante atrae lo semejante por vibración y este termina manifestándose.
PREGUNTAS FRECUENTES.
wordpress theme by initheme.com