Esta tarde (28 de agosto 2017) caminando por la playa me he clavado el aguijón de una abeja muerta en el dedo del pie, los primeros pensamientos que han surgido en mi mente han sido: “joder con la de gente que pasea por la playa me tiene que haber pasado a mi“, “joder que mala suerte“, “es que hay que ver eh“. Eran pensamientos cargados de drama, queja y victimismo. A continuación y de forma muy rápida he sido consciente de la identificación de un “yo“ que estaba creando una historia con lo sucedido y que me estaba identificando con él y alimentándolo a través de esos pensamientos. Ahora, sólo tengo el pie como una morcilla y me siento en Paz conmigo, con la situación y con la abeja. Recuerda, el sufrimiento es creado por un yo (sujeto) interpretando unos hechos (situación) e identificándose con una historia dándole un significado dramático.
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